Es fundamental para los CEO y departamentos de RRHH desarrollar las siempre bienvenidas soft skills sobre el comportamiento de los empleados en el entorno laboral. A menudo, nos topamos con dificultades debido a la toxicidad que generan algunas personas entre sus compañeros de trabajo. ¿Pero hasta qué punto es evitable? ¿Cómo deben actuar los responsables de las empresas para impedir situaciones que puedan degenerar en falta de eficacia y mal ambiente en el entorno profesional?
En una interesante entrevista en El Confidencial, Tessa West, profesora de Psicología de la Universidad de Nueva York y autora del libro “Gilipollas en el trabajo” (Penguin Random House), explica cómo abordar los comportamientos tóxicos en el entorno laboral desde su propia experiencia. Y es que ella misma afirma que se dio cuenta que, en su entorno laboral, se había convertido en “una gilipollas” mientras iba sentada en un vagón del metro de Nueva York, a consecuencia de una serie de circunstancias en su departamento.
¿Por qué existen los “capullos”, como ella los denomina, en el entorno laboral? ¿Qué es lo que lleva a determinadas personas a ser detonantes de conductas tóxicas con sus compañeros de trabajo? Y lo más importante, ¿cómo actuar desde dirección y recursos humanos? Según West, a la hora de interactuar con los demás, nadie nos da formación específica. “Todos podemos ser unos auténticos capullos si se dan las circunstancias adecuadas”, afirma.
Tipos de compañeros tóxicos
En su libro, West cita siete prototipos bien diferenciados y más o menos conocidos dentro de cualquier empresa y que en su libro desarrolla en profundidad:
- El “trepa”: pretende ascender a toda costa.
- El “ladrón de créditos”: hacer pasar por suyas las ideas y propuestas ajenas.
- Los “parásitos”: no hacen nada, y además reciben recompensa por ello.
- El “micromanager”: el jefe que no respeta límites, no lleva bien la incertidumbre.
- El “jefe descuidado”: vive siempre nervioso y gestiona mal a su equipo.
- Los “manipuladores”, que crean una realidad paralela, aislando a sus víctimas.
- Los “avasalladores”: imponen sus ideas, consiguen lo que quieren y son capaces de intimidar a sus superiores.
