El avance tecnológico no tiene parangón en la actualidad y en el próximo lustro se multiplicará de siete a diez veces. Igual que la sociedad en general ha avanzado más en los últimos diez años que en los cien anteriores, la tecnología, la Inteligencia Artificial y el tratamiento de datos poco a poco irá aumentando el multiplicador hasta llegar, probablemente, a un futuro en el que absolutamente todo esté dominado por los dispositivos tecnológicos.
Lo que la Inteligencia Artificial trae consigo es una auténtica revolución económica y social, desde la creación de nuevos e impensables puestos de trabajo, nuevas ofertas de productos y servicios, hasta la educación de todos los ciudadanos en un uso responsable de la tecnología y el tratamiento de datos personales.
Oxford Insights ha realizado recientemente un estudio sobre la adaptación de las distintas economías y países a la transformación digital y adaptación al nuevo entorno. Era evidente que un país asiático encabezara el ranking: Singapur. En el caso de España, nos situamos en la 36ª posición, por detrás de países como México o Portugal.
Necesidades gubernamentales
En el caso de Singapur, poco hay que objetar. Además de invertir dinero público en el desarrollo y fortalecimiento de la Inteligencia Artificial, han conseguido atraer a expertos en esta materia y profesionales de sectores muy diversos que, en su conjunto, han logrado avances muy significativos. A todo ello hay que sumarle las próximas medidas que adoptarán al respecto y es la educación, desde las escuelas y ampliada a la sociedad en su conjunto, para que exista un proceso de adaptación desde edades muy tempranas y continuar como pioneros en avance de Inteligencia Artificial. Todo ello , realizado de forma ética y sostenible.
En el caso de España, habrá que tomar ejemplo. Si bien es cierto que muchas grandes empresas han tomado medidas y consiguen avanzar poco a poco, es necesaria la intervención estatal al menos en los comienzos. Hablamos de herramientas muy costosas, no solo económicamente, pues requieren de profesionales altamente cualificados para su desarrollo, implementación y análisis de los resultados. Al respecto, y como inciso, no es extraño que el número de matriculados en grados universitarios como matemáticas, telecomunicaciones y similares, haya aumentado de forma muy notoria en los dos últimos años.
La necesidad de que el Gobierno intervenga es que debemos tener experiencia en el asunto, o nos ocurrirá como ya ha pasado con médicos y profesionales de otros sectores que se han marchado a otros países por la falta de empleo y condiciones precarias que vivían. Todo este proceso necesita políticas, no solo que retengan al talento del que disponemos, sino también que retorne al huido y atraiga a expertos de otros países. Una política que resulte atractiva para los empresarios que disponen de fondos, pero no de medidas beneficiosas para invertir su dinero. En definitiva, y sin dejar de lado otras materias muy importantes, hay una necesidad urgente de tomar cartas en el asunto, porque la Inteligencia Artificial no es el futuro, es el presente y así seguirá hasta el fin de los días.
Políticas éticas y sostenibles
Todas las medidas que se adopten deben ser éticas y enfocadas en la sostenibilidad, tanto presente como futura. Puede que se pida mucho, pero habrá que hacer las cosas con buena letra, con cabeza y analizando la materia en profundidad junto a los expertos en todas las cuestiones. Si lo demoramos demasiado y surge cualquier contratiempo , evitará quebraderos de cabeza innecesarios.