Hace tiempo que una empresa no puede disponer de un fichero con denominación “morosos” como tal, pero ello no quita que puedan denominarse de muy distintas formas. No está prohibido su uso, pues pueden tener denominaciones muy diversas como “impagos” y no necesariamente están en el seno de una empresa, sino que son compartidas por las distintas empresas de telefonía, entidades de crédito, bancarias, suministradoras de gas o electricidad, entre otras muchas. Hoy queremos hablar sobre la actualidad española en relación a este caso y lo fácil que resulta ser incluido en alguna de ellas, por ejemplo, por no pagar 3 o 4 facturas por falta de solvencia un período de tu vida en los que tienes apuros. Esto es suficiente para ser incluido en alguna de las más de 150 ficheros de esta clase que en 2019 existen en España, en concreto son 156, hasta por un tiempo de 6 años.
Ser “moroso” no es tan difícil
El impago de una factura del móvil, un recibo de gas, una tarjeta de crédito o cualquier deuda, aunque sea por importe de 40-50 euros, son suficientes para ser considerado un moroso a los ojos de estas compañías que acceden a estas plataformas para conocer los detalles de la solvencia de un posible cliente. Quizás no pagaste unas cuotas de la tarjeta de crédito en algún momento de tu vida y cuando por fin todo va bien, pides una hipoteca y surge la sorpresa.
La realidad de estos datos
En este campo nos encontramos con distintos ficheros como son los de Asnef, Cirbe o RAI. En cualquier caso, a través de sus sitios webs, podemos solicitar información sobre si estamos o no incluidos en ellos. Por contrapartida, hay consultoras especializadas en cuestiones de morosidad, quienes, a través de datos oficiales, afirman que en el ámbito de la banca algo más del 50% de las personas que están incluidas se debe al impago de un préstamo, un 10% menos por impagos de tarjetas de crédito y casi un 20% por dejar las cuentas con descubiertos. Destacan otros sectores como es el de la telefonía que, del cómputo global, abarca al a más del 40% de los incluidos en estos ficheros, y entorno a un 10% frente a impagos de entidades energéticas, ya sea de luz, agua o gas.
Otro dato destacable son las edades de los “morosos”. Los ciudadanos entre 31-40 años y 41-50 años, aglutinan al 70% de todos los inscritos. Los jóvenes de entre 18-30 y los más mayores de entre 51-61 años, comprenden entre un 10 y un 13% cada uno. Destaca, como ya se ha visto anteriormente, que la inclusión en estos ficheros se debe, principalmente, por impagos de facturas telefónicas u otros servicios relacionados con el sector y el impago de préstamos, tarjetas de créditos, financiaciones, etc.
El funcionamiento de los ficheros
Cualquier empresa puede introducir tus datos y del mismo modo consultarlos, ya sea proceso previo a la concesión de un préstamo o hipoteca. Además, son los bancos quienes más utilizan estas plataformas para conocer nuestra solvencia ante situaciones como la que hemos descritos. En cualquier caso, es obligación de la empresa a comunicar, en un plazo de 1 mes o 30 días, que han procedido a incorporar nuestro nombre en esta lista. En caso de no hacerlo, es una infracción muy grave y ante la que cabe reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos. Del mismo modo, si hemos hecho frente a nuestra deuda o deudas la empresa dispone de un plazo de 10 días para eliminar, definitivamente, nuestros datos del fichero. Si no hacemos frente a la deuda, el plazo máximo que podemos estar incluidos es de 6 años, y transcurrido ese plazo, hayamos pagado o no, nos eliminarán. Nada se dice del periodo de tiempo que tienen que transcurrir para que nos vuelvan a inscribir, pero haciendo uso de la Ley, mientras tengamos la deuda pendiente, el plazo para exigir el cobro no finalice, o exista un procedimiento de reclamación que no dé lugar al plazo de prescripción, el mismo día que somos eliminados de la lista podremos volver a ser incluidos, siguiendo los pasos y requisitos anteriores.